martes, 31 de marzo de 2009

Respuestas a preguntas típicas

- ¿Por qué Roma duró sólo dos temporadas y Amar en tiempos revueltos ya lleva lo menos 100?

- Tiene varias respuestas:

· Primero decir que no es una pregunta típica, pero me alegro de que me la haga (bueno, me las hago yo ¿a quién quiero engañar?)

· La respuesta más obvia es la del número de capítulos. (Perogrullada). Roma tuvo 22 episodios. Amar en Tiempos Revueltos va por los 700.

· El porqué de que la serie concluyese tras dos temporadas fueron los costes. No cuesta lo mismo reproducir la Roma antigua y contratar a actores solventes que tener tres decorados y ocho actorcetes de andar por casa.

· A las amas de casa y a las personas de la tercera edad les interesan más los amores del camarero de un burdel y una viuda que la historia de la caída de la República romana.

· A las amas de casa y a las personas de la tercera edad les resultan más familiares los nombres de Paco Moncada, Inés Velasco o Rita la de la licorería que los de Lucio Voreno o Tito Pulo. (No pongo el ejemplo de Marco Antonio, porque si fuese el nombre del galán de una serie venesolana, seguro que lo recordarían).

· A las amas de casa y a las personas de la tercera edad el sexo explícito les resulta indecoroso. En cambio si los dos protagonistas se tiran dos capítulos en la cama, el con cara de preocupado y ella con la sábana tapándose las tetas (sí, después de follar toda la noche, a ellas les entra el pudor) hablando de gilipolleces, eso no les resulta indecoroso.

· A las amas de casa y a las personas de la tercera edad les parece inapropiada la violencia explícita en televisión. Así que prefieren que alguien cuente la emboscada y después ver durante 12 capítulos al herido con una venda en la cabeza tirado en la cama.

· En Roma todos son unos cabrones ambiciosos y sanguinarios. Nadie es bueno. En Amar en Tiempos Revueltos. Los de derechas son unos cabrones ambiciosos y sanguinarios. Los de izquierdas son todo lo contrario.

· Roma es una coproducción de la BBC y HBO. Amar en Tiempos Revueltos es una coproducción de TVE y Diagonal TV.

· Roma tiene nominaciones y premios de American Cinema Editor, Art Directors Guild, BAFTA, Cinema Audio Society, Emmym y Globos de Oro entre otros. Amar en Tiempos Revueltos tiene nominaciones y premios de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión, Unión de actores españoles, Ondas, TP de Oro y Premios Turia.

· Roma fue una serie maravillosa. Amar en Tiempos Revueltos es una puta mierda.

Conmigo o contra mí

Desde hace unos años se viene oyendo muy a menudo eso de ¿estás conmigo o contra mí?

La suelen usar mucho los concursantes de reáliti chous, en las firmas de foreros y también es muy propia de raperos (o imitadores de raperos, que no los distingo).

Me parece una gañanada tan grande como tirar un toro desde el campanario o torear una cabra en la plaza del pueblo -bueno, o como sea, soy del norte-.

¿Qué coño quiere decir la frase? Porque si realmente es algo literal, si veo al gañán que la dijo, ¿me tengo que dar de tortas con él?, ¿o tengo un nuevo enemigo al que no conozco y que me va buscando por ahí?, ¿y cómo sabe el palurdo ese si estoy con él o contra él?

Si lo que quieren decir es que con él todo es radical. Que digan: "no me van las medias tintas" o "conmigo las cosas son o blanco o negro" o "soy una persona de extremos". Y queda más claro.

Si lo que quieren realmente expresar es que no les gustan las falsedades, pueden decir "no me gustan las falsedades".

Si lo que buscan es la confrontación, que digan "quiero ostias".

Pero que se aclaren y que nos dejen en paz a los demás.

(¿Qué opinais? ¿estáis conmigo o contra mí?)

lunes, 16 de marzo de 2009

domingo, 8 de marzo de 2009

En nuestras casas

Cuando voy a Asturias suelo parar en la casa de mis padres en Oviedo. A veces porque llego de noche y otras porque voy a quedarme en Oviedo.

La última vez que estuve fue hace unas semanas, por la boda de unos amigos en Gijón.
Los padres de mi novia se acercaron para llevarle la ropa de la boda y todas esas cosas que necesitan y que los hombres no podríamos comprender su razón en mil años.
Nunca habían visto la casa de mis padres y les llamó muchísimo la atención que la cocina y el comedor estuviesen unidos por una especie de gran ventana.

En esa casa vivíamos ocho personas y dos gatos (a veces también cobayas, hamsters, algún perro últimamente...), por lo que era un piso de batalla. Cinco habitaciones, tres baños, dos trasteros hasta arriba...

Las primeras en irse fueron mis dos hermanas mayores. Se fueron a Santiago de Compostela a estudiar. Sólo volvían a casa en Navidades. En Semana Santa y verano ya se iban al pueblo.
Nunca más volvieron. Cuando acabaron la carrera se establecieron fuera de Oviedo.

Nosotros ya nos habíamos redistribuido poco a poco. Ocupando su habitación vacía primero unos días, luego cuando ellas no estaban y finalmente, cuando ellas volvían se tenían que buscar alojamiento en otra parte de la casa.

Después otra hermana se fue a estudiar fuera, primero a Londres, luego a Valencia y también acabó estableciendo su negocio fuera de Oviedo.

Después nos fuimos yendo los que quedaban y al final, cuando mi padre se jubiló, también se fue con mi madre al pueblo.

Ahora mismo en la casa de mis padres sólo hay gente de paso. Mis padres cuando tienen una revisión médica, yo cuando voy o vengo de Madrid, alguna hermana que va de compras o hace parada y fonda.

Ya nunca volveremos a vivir todos junto allí.

La nevera que siempre estaba repleta, ahora está casi vacía. El empotrado donde mi madre guardaba los comestibles sólo tiene latas y algún producto de caducidad larga.

Ese piso ahora es como una de esas viejas locomotoras enormes que puedes ver apartada en una vía muerta esperando.

Siempre había visto eso en la casa de mis bisabuelos, pero con cierta lejanía.
La casa de mis bisabuelos, en el pueblo, era la versión dieciochesca del piso de mis padres. Era una casa de cuatro plantas con mil habitaciones. En cada cama había muerto alguien. Y mi abuela lo contaba con la misma naturalidad con la que te podía decir que el techo estaba pintado de blanco.
Mis bisabuelos, mi bisabuela, había tenido dieciséis hijos. Dos habían muerto al poco de nacer, otro se había caído de la cuna -y mi abuela te enseñaba la cuna (también te enseñaba el patio de enfrente donde habían enterrado a los niños...)- otro de sus hermanos había muerto porque el eje del autobús donde viajaba hacia Luarca se había partido y le había arrancado una pierna -Alsa ni siquiera le indemnizó-. Casi todos sus hermanos se habían ido a Puerto Rico. Algunos habían vuelto y otros no.
Al final, nadie vivía en esa casa. La única persona que mantenía la costumbre de limpiarla y ocuparse de ella era mi abuela. Supongo que era demasiado importante para ella como para abandonarla.

Cuando murió mi abuela, y ya antes, cuando mi abuela ya no podía ir a limpiarla, nadie se ocupó más de esa casa. Al polvo le siguieron las goteras y a las goteras la madera podrida. En un periodo cortísimo de tiempo desde el piso de abajo se podía ver el cielo en algunas partes de la casa.
A esto hay que sumar los enormes problemas de una casa con mil herederos repartidos por todo el mundo y sin testamento.

A la muerte de mi abuela le está sucediendo exactamente el mismo problema a su casa.
Ya nadie vive allí. Por mil razones.

Dentro de menos tiempo del que creemos le pasará también eso al piso de mis padres. Y veremos qué pasa con la locomotora y sus piezas.


sábado, 7 de marzo de 2009

Records toreros

¿Quién es la persona a la que se le han dedicado más corridas homenaje?

...

Pamela Anderson

viernes, 6 de marzo de 2009

Nuevas formas de morir

Santiago Auserón es un tío muy inteligente.
Por eso me parece muy interesante lo que cuenta hoy en el El Mundo Digital y, por supuesto, cómo lo cuenta.
Realmente creo que es algo más que interesante.

jueves, 5 de marzo de 2009

Deformaciones profesionales y puestas del sol

Podríamos llamar deformación profesional a la característica que nos condiciona a adoptar una perspectiva impuesta por la actividad laboral que realizamos.

Tres de mis hermanas te pueden decir cómo es la boca de cualquier persona que les preguntes sin tenerla delante; si tiene prognatismo o diastema o un implante. Mi padre nunca dice simplemente que si junto dos materiales determinados pueden arder, sino que explica que como tal sustancia es polisaturada al entrar en contacto con otra con ciertas características pueden reaccionar. Mi hermano en un simple paseo por el campo puede encontrar ocho hierbas altamente venenosas, cuatro tubérculos, cinco opiáceas y cuatro con las que se puede hacer una ensalada. Mi novia, que por mi culpa tuvo varios empleos diferentes, puede saber exactamente cuál es el perfume que usa la señora que camina diez metros delante de nosotros o de dónde es la blusa de la chica que acaba de cruzar de acera.

Yo nunca he sido músico. Ni tengo oído, ni sentido del ritmo, ni conocimientos musicales más allá de un poco de solfeo rítmico.
Sin embargo, conservo cierta deformación profesional. Hace mucho tiempo que me di cuenta de que inconscientemente analizo las cosas basándome en las letras de canciones.

Así que mi conclusión de esta mañana es que el mundo soñado era una ilusión y el que parecía un buen amigo resulto ser un cabrón. Que aún no sé quién nos devolverá la esperanza y el amor. Estoy seguro de no hay nada más bello que lo que nunca tuvimos, ni nada es más amado que cualquier paraíso perdido. Es inevitable que en ocasiones nos sintamos golpeados por cien puños furiosos. A veces nos despertamos como perros aullándole al día.

Y, aún así, seguiremos esperando buenas noticias y puestas de sol.

martes, 3 de marzo de 2009