martes, 26 de enero de 2010

Querido amigo de Charlottesville

Querido amigo de Charlottesville en Virginia, Estados Unidos de Norteamérica.
Ignoro cómo has llegado a parar a mi humilde -y cutre- blog.
Me impresiona que todos los días hagas una -y hasta dos o tres- visitas.
Te agradezco que durante los primeros 3 días de tus visitas te hayas pasado 2 horas y media, 1 hora y 45 minutos; y otras 2 horas, respectivamente, leyendo el Rincón de Lagrand y que hayas visitado la totalidad de las páginas (por cierto, un montón, no me daba cuenta de lo que 5 años de blog pueden dar de sí -a este paso voy a tener más años de blog que el Oviedo en Primera División).
¡Oh!, perdona por la broma. Quizás no la hayas entendido. Tiene que ver con el fútbol (soccer, para ti).

Desconozco las motivaciones que te mueven a seguir mis escritos. Quizás seas un estudiante español de intercambio en Estados Unidos. A lo mejor seas un estudiante americano de castellano. O tal vez una ama de casa o un señor  mayor con un hermoso Mustang de color rojo al que saca brillo los domingos en el garaje de su casa mientras mantiene orgulloso ideas firmemente republicanas.
Tal vez seas una bella dama sureña de 17 años, pero ya hecha toda una mujer, heredera de la belleza de su madre y de una gran hacienda familiar con un glorioso pasado, buscando un hombre con acento y modales españoles, inteligente, moreno, con preciosos ojos verdes, de pelo frondoso, anchas espaldas, mentón afilado y culito prieto y retozón.
Si es así, mi pequeña Escarlata: no lo dudes yo soy tu hombre.
Por favor, ven aquí y rescátame.
Aléjame de esta vida de trabajo y madrugones. De frío enervante en invierno y calor paralizante en verano.
Juro serte todo lo fiel que sería cualquier galán de los que se estilan en las verdes campiñas de Virginia.

Si no fuese así. Si por casualidad yo no soy el hombre de tu vida. Te agradeceré que sigas visitando este, mi sencillo, con esa cadencia metronómica y esa fidelidad enternecedora.

Gracias por leerme Scarlata, John Lee, Manuel García o cualquier otro nombre.

Respuestas a preguntas frecuentes

- ¿Por qué los hombres no podéis escuchar lo que os decimos cuando estáis viendo la televisión?

- Querida amiga. Ante todo gracias por seguir El Rincón de LaGrand y por participar en la sección Respuestas a preguntas frecuentes.
Te contestaré replanteándote la pregunta desde otro punto de vista alternativo.
Si sabéis que estamos viendo y escuchando la Televisión ¿por qué nos tenéis que hablar a la vez?