martes, 21 de febrero de 2006

Ha muerto Deborah Melero

El pasado Jueves, día 23 de Febrero, nos sorprendía la terrible noticia del fallecimiento de Deborah Melero, hermana de Luis.

A Deborah la conocí, como tantos otros, en la noche ovetense. Desde aquel día mantuvimos unas relaciones, al principio frecuentes, más tarde esporádicas, pero siempre igual de estrechas e intensas.

De Deborah podría estar hablando semanas. Puedo decir que era la persona con más experiencias que yo haya conocido y que jamás conoceré. Su hambre y su sed por descubrir nuevas sensaciones eran incomparables y de ello dan fe los mil y un relatos que de ella circulan por Oviedo. Todos ellos verídicos.

Siempre consideré a Deborah como el verdadero punto de unión de todo lo que podríamos llamar la generación musical de los últimos noventa de Oviedo. (Aunque ella fue mucho, muchísmo más allá de los noventa).

Ningún músico, amante, de la música, seguidor de la escena o gente que simplemente pasaba por allí, dejó de conocerla.

Puedo recordar cómo compartíamos su cariño dos, y hasta tres débiles, en el tiempo y en el espacio.

Por eso en su sepelio, estaban (estábamos) todos los que la amamos.
Los ramos de flores eran incontables, las coronas enormes -casi todas ellas de amigos anónimos-.

También estaban sus padres, Carmen y Rodrigo Melero, rotos por el dolor y su hermano Luis –a Gonzalo le fue imposible acudir-.

Puedo decir sin miedo a equivocarme lo más mínimo que su desconsuelo se puede hacer extensible a todos nosotros.

Deborah, aunque ya no estés, nunca te olvidaremos. Hasta siempre.