martes, 30 de noviembre de 2010

Sorbitos de irrealidad

Desde hace unos años está firmemente instaurada la tradición de ir a todos sitios con una botellita de agua y beber de ella.
Pero la última "moda" es beber el agua a traguitos repetidos.
Así que voy en el autobús y la tía que va sentada delante saca la botellita y da ocho tragos seguidos para bajarse nada más que dos dedos de la botella.
Hoy, en clase de inglés, un tipo saca la botella y lo mismo, seis tragos para beber poco más que la décima parte.
La primera vez que lo vi pensé que se trataba de alguien con problemas de tránsito gutural, luego pensé que era algún tipo de trastorno obsesivo compulsivo.
Pero ya que lo voy viendo más a menudo, me estoy suponiendo que es una de esas cosas que dice algún médico en la tele, o algún preparador físico en un gimnasio y siempre refiriéndose a deportistas. Pero adoptado por todo tipo de personas que quieren llevar una vida sana pero que no tienen los cojones a salir a correr por las mañanas.
Yo no digo que haya que tragarse un botellín de medio litro de un trago, ni que no haya que dar tragos cortos, pero la gilipollez de dar ocho tragos en veinte segundos para beber menos de veinte centímetros cúbicos de agua me parece una tontería.
Luego vendrán los gases...