jueves, 23 de febrero de 2006

La culpa es de Torrebruno

Una cosa que siempre me ha costado comprender es lo de la bipolarización. Vamos, lo de blanco o negro, ying o yang.

Las personas son de izquierdas o derechas. Del PP o del PSOE. Sin importarles lo que digan el PP o el PSOE. Si su partido político está a favor de una OPA, ellos también, pero si estuviese en contra ellos también. Si están en contra de una negociación ellos también. Pero si estuviesen a favor... ellos también.

Se es de Barcelona o del Madrid, sin ningún tipo de razón. Aunque vivas en Palencia. Si el Madrid ficha a Zidane, los del Barça dicen que está viejo y los del Madrí, que es un genio. Si el Barça tiene a Figo, que es el más grande. Pero si lo ficha el Madrid, es una mierda y viceversa.

Lo mismo pasa con la Pepsi o la Coca-Cola, la PlayStation y la Xbox, Winston o Marlboro, Intel o AMD, Beatles o Stones...

¿De dónde surge esto?
Evidentemente de donde todo nace: de nuestra infancia.

Todo comenzó en un programa, de esos que ponían cuando llegabas de clase. A la hora de la merienda, Verónica Mengod presentaba El Kiosko.

Dentro del programa se encontraba la píldora envenenada.

Torrebruno enfrentaba a dos grupos de niños. Unos fans declarados de Los Tigres. Y otros acérrimos seguidores de Los Leones.

Torrebruno nos enseñó a dividirno y a enfrentarnos entre nosotros mientras, inocentes, nos comíamos un bocadillo de Nocilla.

Sí, yo era de Los Tigres.

Aún hoy en las dinámicas de grupo, selecciones de personal, entrevistas de trabajo... en las cabezas de los presentes comienza a sonar un estribillo:

Tigres, tigres. Leones, Leones
Todos quieren ser los campeones

Tigres, tigres.
Leones, Leones.

Tigres.... Leones.... Tigres... Leones