miércoles, 4 de noviembre de 2015

Noé

De todos los personajes de la historia de la humanidad puedo decir sin ningún temor a equivocarme que Noé es el más minusvalorado.
Noé es seguramente el hombre más excepcional que haya existido y que existirá.

Tomando como ciertos los datos de la Wikipedia -que es la biblia de nuestros días- diré que, como narra el libro del Génesis, Dios, hastiado de la humanidad y de su tendencia al mal, decidió borrar de la superficie de la tierra a todos los animales, a los reptiles y a las aves (un poco redundante ¿no?)
En principio lo de la humanidad puede tener un pase. Pero no sé qué culpa tendrían los animales de aquel entonces para que decidiese cargárselos también.
Había un hombre llamado Noé que fue considerado por Dios el único hombre justo de su generación.
Así que Yahvé le dio instrucciones para que construyera un arca de madera de ciprés que fuese lo suficientemente grande como para albergarle a él y a su familia. Bueno, y a una pareja de cada especies, durante el diluvio.
A ver. Si Dios quiere destruir a todos los animales, ¿por qué luego los quiere salvar?
Otra cosa es si, por poner un ejemplo, se va a salvar a una pareja de cada especie, durante y después del diluvio y antes de que se reprodujese, algo tendrían que comer los otros animales y la propia familia de Noé. ¿Se comieron entre ellos y desaparecieron muchas especies?
Si sólo era una pareja, ¿todos los animales provienen de la misma pareja?
Por tanto, si sólo era una pareja, ¿todos los animales provienen de incesto?
¿Qué pasó con los vegetales durante el diluvio?
¿Los animales marinos no estaban comprendidos en los que quería matar Dios?
Los animales de agua dulce, ¿murieron por las aguas saladas o Noé tenía peceras?
Insectos, ¿hay miles de especies? Seres unicelulares, protozoos, metazoos, amebas... ¿qué fue de ellos? ¿Por qué tuvo que salvar a las ratas y al mosquito tze-tze y al virus de la gonorrea?

Son insondables los caminos del Señor.

Pero ¿por qué Noé es el más grande?

Porque construyó el medio de transporte marítimo más grande que se haya construido y se construirá jamás. Y sólo con unos cipreses, una sierra y poco más.
Noé es el mayor armador de la humanidad.

Porque descubrió América, Oceanía, la Antártida, Madagascar, las Islas Caimán...
Fue el más grande viajero de todos los tiempos.

Porque atrapó -sin matarlos- parejas de osos panda, tigres de las nieves, linces ibéricos, urogallos, truchas arco iris, águilas pescadoras o lagartos de Barayo.
Fue el más grande cazador de todos los tiempos.

Porque conocía donde estaban todos los animales, algunos aún por descubrir. Desde microorganismos que habitan en el subsuelo profundo de Sumatra, hasta gusanos que viven en el suelo helado de la estepa.
Fue el más grande naturalista.

Porque a pesar de disponer de una sola pareja de cada animal, consiguió que se reprodujesen, no se matasen entre ellos y repoblasen la tierra.
Fue el más grande conservador de la naturaleza.

Además él con su mujer, sus tres hijos y sus tres nueras repoblaron la tierra y es, por tanto, el padre de todos nosotros.

A esto hay que añadir que el diluvio tuvo lugar cuando él tenía la provecta edad de 600 años. Y que después del diluvio vivió otros 350 añitos más.

Incluso, como todo gran hombre, tiene una historia oscura, propia de su parte carnal. Una borrachera, un escándalo público, una pelea con su hijo, que lejos de ensombrecer su fijura, la realza dándole ese hálito de humanidad que tanto gusta al público.

A pesar de todo, jamás he visto una estatua de Noé ni ha recibido ningún premio Príncipe de Asturias.