sábado, 12 de mayo de 2012

La senda argentina

Tengo una compañera de trabajo argentina. Sé que toda generalización conlleva una distorsión de la realidad. No todos lo madrileños son chulos, ni todos los alemanes unos cabezas cuadradas. En el caso de mi compañera de trabajo, podría decir que ella es el arquetipo de la imagen que tenemos de los argentinos. Habla mucho. Muy alto. Lo sabe todo. Lo ha vivido todo. Todo lo suyo es lo mejor. Todo lo ha hecho ella antes. El trabajo que ella hace es el más difícil. Su familia es la más maravillosa. Su marido es perfecto. La historia de sus ancestros y los de su marido son de la nobleza europea. Su familia está en altos puestos. Tienen mucho dinero...
Yo no sé si ella se lo cree o si su cultura la obliga a intentar hacérselo creer al resto.
Lo que más me sorprende es su bajo nivel cultural. Me explico, es una chica que dice estar licenciada (ella dice que se recibió) en empresariales. Un día, comentó que se había muerto Ernesto Kirschner. Yo le pregunté si era de izquierdas o de derechas. Ella me dijo que de derechas. Me extrañó muchísimo que en un país sudamericano hubiese un gobierno de derechas, así que busqué en internet y me encontré con lo que me esperaba, un partido llamado justicialista que era puro populismo de izquierdas. Si ella tuviese 20 años, tendría un pase que no supiese exactamente de qué ideología fuese el partido de Kirschner, pero es que es el partido que estuvo gobernando durante el tiempo en que ella estaba estudiando en la universidad. Es como si yo no supiese de qué partido era Aznar.
Todo esto podría llevar a pensar que es una persona que no está interesada en absoluto en la política. Pero el caso es que cuando las cosas se empezaron a poner mal en nuestra empresa a causa de la crisis, rápidamente aceptó un cargo de candidata en UGT aunque reconoció que era solamente para que no la echasen. Su excusa es que ella tiene una hija. A mí me parece que no tiene ningún sentido desde mi perspectiva ética o moral. Me explico. Si la empresa hubiese decidido despedir a 200 personas. A ella, por ser elegida como representante sindical (otra cosa española que nadie entiende) no la hubiese despedido. Se hubiese saltado su puesto y hubiesen despedido a la persona 201. Esa es una mentalidad egoísta en el mal sentido. Despedirían a una persona con más antigüedad, que a lo mejor tendría más hijos y que su pareja probablemente no tendría el poder adquisitivo que sí tiene el marido de mi compañera argentina. Pero su mentalidad es que me salve yo y que se jodan los demás.
Otro rasgo de su carácter es buscar la amistad en gente de la que pueda sacar un beneficio práctico. Es muy interesada para la amistad. Por ejemplo, es amiga de nuestro jefe. O mejor dicho, del jefe de nuestra jefa. Aunque haya una diferencia de veinte años. Él es una persona a la que le encanta sentirse rodeado de mujeres y admirado por ellas y ella le proporciona ese placer. Así que cualquier cambio, noticia, información que se produzca en la empresa es conocida por ella de primera mano. Algo de lo que no para de alardear.
Su mentalidad es tan especial que ha llegado a decirnos -no sé si será cierto porque tiene mucha fantasía- que un tío suyo es gobernador o no sé qué puesto importante -ella dice que equivale a ministro-. Y que él le ofreció un puesto de trabajo en una administración de no sé qué. Ella dice que no lo aseptó pero la razón no fue que no le parecía justo o digno aceptar un cargo a dedo o por enchufe -de hecho ella entró en la empresa por un enchufe y, esto me lo supongo, su marido en la que está trabajando también, por una especie de pequeña mafia que se tienen montada entre argentinos en distintas empresas, tipo yo meto a tu amigo en mi empresa y tú metes a mi hermana en la tuya- sino que no lo aceptó porque dice que después de cuatro años, si su tío deja el cargo ¿qué? Vamos, que si el puesto fuese para toda la vida lo hubiese cogido.
A su vez, aunque su marido, su hija y ella han recibido muchas más cosas buenas de España que de su propio país, reniegan de España. Por ejemplo, cuando la selección española de fútbol juega quieren que pierda. La excusa que pone es que los comentarista españoles son muy chulos. 
A mí me parece una simple muestra de complejo de inferioridad. 
Con todo esto no estoy diciendo que sea mala chica, simplemente tiene una mentalidad acorde con el país del que viene. Un país totalmente corrupto. Del que ella representa incluso la parte más alta de la sociedad. La que tuvo que huir por temor a ser asesinados por robarles un reloj digital de 20 euros o un móvil de 50. El país que durante 50 años del siglo pasado estaba destinado a ser una de las cinco mayores potencias mundiales y que ahora está hundido en la ruina y que no va a mejorar quizás en siglos.
Ella trata de evitar el tema de YPF, pero yo sé que la noticia, como a la mayoría de los argentinos, incluso a los supuestamente cultos, les ha alegrado sobremanera. Su opinión en que los malvados españoles se habían presentando con espejitos y les estaban robando su petróleo. En el mundo civilizado los contratos están para cumplirlos. Si, como ellos dicen, YPF no estaba cumpliendo una parte del contrato, se le lleva a los tribunales. No se le roba.
Lo más triste es que los argentinos han salido a la calle con sus banderas pensando que van a sacar cacho de esta expropiación, cuando lo que va a pasar realmente, es que una parte de ellos -la de los más ladrones- se va a quedar con todo, van a hundir la empresa en 5 ó 10 años y después la van a vender a algún pringao árabe u oriental -espero que nunca más pique una empresa española (Estados Unidos ya no invierte en Sudamérica)- que reflotarán la empresa y cuando ya produzca beneficios el presidente de turno de la República Cleptocrática Argentina le expropiará todo con la excusa más estúpida posible para poder repartírselo con sus socios.
Me pregunto si a mi compañera argentina  -o a Bielsa- les gustaría que alguien entrase en su casa les quitase todo, les devolviese a su país con la excusa de que están trabajando debido al tráfico de influencias -enchufes- y quitando puestos de trabajo a españoles. 
Evidentemente, salvo la parte de que la perjudicada es Repsol que es una empresa española, lo que les pase a los argentinos es su problema. Son sus costumbres y hay que respetarlas. Lo que realmente me preocupa es que este estado social que hemos elegido en nuestra Constitución, en el que prima el altruismo y el colectivismo no nos estará llevando a la senda de Argentina.
Leo cosas de Grecia que me espeluznan y pienso si no nos parecemos demasiado a eso.