miércoles, 30 de marzo de 2005

Rosalita, sal esta noche

Dentro de la carpeta de mi ordenador donde guardo algunos de los archivos que subo al blog me he encontrado un documento de texto con este título "Rosalita, sal esta noche".

Lo he abierto y dentro no había nada. Estaba en blanco.

Así que he intentado recordar qué idea se me había ocurrido la cual, supuse que recordaría simplemente leyendo el título.

Pero mi mala memoria olvidó mi mala memoria.

Rosalita, sal esta noche.

Quizás cuando le puse nombre a este icono lo hice pensando en una historia que transcurriría en Nueva York en los setenta. Un mozo de garage, al anochecer, se enfundaría una chupa de cuero ajustada, de color marrón, sobre su camiseta blanca o tal vez sobre su camisa de cuellos puntiagudos con chorreras. Compararía un pequeño ramo de rosas rojas y se iría andando alegre a través de calles con nombre de números en busca de una preciosa chica hispana, morena, menuda y virginal.

Rosalita, sal esta noche.

Quizás un chico enamorado de una antigua batería Ludwig color champagne, le sacaría brillo una a una a las pequeñas chapitas doradas de cada tambor antes de meterla en sus fundas. La subiría a una furgoneta y se la llevaría a algún pequeño local donde tocaría con su grupo.

Rosalita, sal esta noche.

Quizás hablase de una chica de pelo rojizo y carita pálida encerrada en su casa. Triste y asfixiada dentro de un mundo de gigantes camuflados de molinos.

Rosalita, sal esta noche.

Quizás fuese una artimaña, un simple truco para, conociendo mi mala memoria, obligarme a hacer un esfuerzo para inventar unas frases que pueda subir al blog esta noche.

Rosalita, sal esta noche.

Rosalita, sal esta noche.