jueves, 5 de marzo de 2015

Visitando un cole

Me hago viejo. Me hago viejo y ya no trago como antes.
Ahora distingo mejor y detecto antes.

Llega el momento de buscarle colegio a mi hija y, viviendo en Madrid, es una tarea bastante complicada. La oferta es grande y el conocimiento de mi mujer y el mío muy limitados.
Los colegios lo saben y hacen lo posible por captar futuros clientes. Para ello cada uno tiene un día de "puertas abiertas". Consiste en que en un día no laborable hacen ir a algunos profesores y alumnos ejemplares para que reciban y enseñen el cole a los padres de potenciales alumnos.
Contratan payasos, megafonía, camas hinchables y globos y dan un visión idílica del colegio.
Hemos visto algún colegio que parecía sacado del Bronx, alguno que rezumaba clasismo, bonitos, feos, públicos, concertados...
El domingo pasado me tocó asistir a la jornada de puertas abiertas de un colegio católico concertado.
Nos recibieron en la entrada tres ¿profesoras? que nos dieron una carpeta y nos señalaron dónde se iba a dar la charla de presentación.
A mí no me dio muy buena espina cuando la ¿profesora? que nos dio la carpeta y nos dijo: "Cogéis los papeles y les lleváis a la sala". Pensé que si era la profe de lengua mi hija iba a aprender un castellano bastante malo.
Tampoco me gustó que en la entrada, donde había un enorme calendario con los eventos del mes, en vez de la bonita palabra calendario estaba escrito: "día a día". Esta fue una expresión que repitieron sin descanso las "seños" que nos enseñaron el colegio después de la charla. "Aquí es donde los niños pasan su día a día", "tenemos un día a día muy entretenido", "intentamos la mejora del día a día de los alumnos".
Pensé en Simeone. Me imaginé si su influencia creciese. La LFP en vez de un calendario para la temporada tendría un "partido a partido". Cuando le preguntase a un futbolista sobre la situación en la tabla podría contestar "Comenzamos el partido a partido dubitativamente, pero a medida que fue pasando el partido a partido nos hemos ido afianzando y jugando mejor y estamos completando una buena primera parte del partido a partido".
Nos llevaron al aula de gimnasia donde había una tabla de madera por la que caminó una niña sin caerse. (Creo que era la más ágil del cole) y un niño pasó agarrándose de peldaño en peldaño por una especie de escalera de madera levantada horizontalmente del suelo. Al parecer la forma en la que cogen el palo les ayuda a coger el boli ¿? Todo esto con la agradable expresión de la profe "contra más practican mejor les sale". Caray.  

Pero lo que me dejó más estupefacto fue la charla de presentación.

Primero se presentó la Directora Sor no sé qué. Su discurso consistió en una serie de vaguedades ininteligibles. Que  si el compromiso social, la pastoral, la humanización de la ciencia y la tecnológia (¿qué coj...?, la sensibilización (sin decir a qué), los proyectos (pero no decía de qué), poner al servicio de la comunidad educativa no lo que tienen sino lo que son (¡!), el espíritu de servicio, construir comunidad, el carisma institucional...
Todo esto se puede meter en un discurso con cierta miga. Pero es que el discurso consistía íntegramente en este tipo de chorradas.
Cuando buscas un colegio para tus hijos quieres saber precio, preparación de los profesores, número de asignaturas en inglés, actividades extraescolares... y yo no estaba encontrando ninguna respuesta.
Luego se levantó una profesora y supuse que el rollo místico se había terminado. Qué equivocado estaba. La profesora comenzó a soltar tal traca de conceptos evanescentes que aquello parecía un discurso zapateriano aderezado por un podemista. Inteligencias múltiples, introducción al día a día (sí, desde el principio), talleres de innovación, carácter transversal (sí, hasta aquí llega la palabra de moda).
Al menos no habló de memoria histórica...
La tercera profesora iba tan rápida en el uso de palabros guais que no le pude seguir el ritmo con el bolígrafo y alguna vez se me escapó la risa. Proyecto de interioridad (hasta tenían un "aula de interioridad"), expresión simbólica, trabajar el subconsciente, canalizar las emociones, tomar conciencia del ser, dinámicas, técnicas de relajación...
A esta altura yo pensaba que si la matriculase en ese colegio mi hija saldría mística o socialdemócrata (si es que no es lo mismo).
Que si huerto ecológico escolar (tres puñeteras macetas con un brote cada una), aula verde, estimulación temprana, enriquecimiento enciclopédico (sí, que van a vender enciclopedias por las puertas ¿no?), bits de inteligencia. 
Por último habló un profesor. Pensé que tal vez por ser hombre tendría una mejor relación con la razón (o con su ámbito interno subconsciente racional que dirían nuestras amigas). Mi pensamiento machista (por el que pido perdón a todos mis lectores, o sea, a nadie) inmediatamente se fue por la cloaca.
Pleno desarrollo de la personalidad y las capacidades metodológicas activas, desarrollo creativo. Presencia, cercanía, humor, acogida, convivencia, relaciones estrechas, compromiso. Todo ello, claro está, para los "alumnos y las alumnas".

Lo más flipante es que nadie soltaba ni media sonrisilla. Todo el mundo parecía que lo que estaban oyendo les parecía genial. Así que como siempre, yo, el bicho raro.

(Por cierto, el aula de interioridad era un bajo sin casi luz donde los niños podía dibujar).