viernes, 29 de julio de 2011

Frikis parade II

Otra entrega más de nuestro magazine de transporte.

Por favor, la butaca del Alvia no es el salón de tu puñetera casa. Está bien que hagas manitas con tu parejita.
Pero ¡cálzate!

Este es un prototipo que se repite mucho. "Soy joven y me siento en el suelo".
Chaval, la gente escupe en el metro. Haz lo que te dé la gana. Las manos son tuyas y los pantalones te los pagan tus padres. Pero, cabrón, molestas a la gente y ocupas el doble de espacio.

Srta. Pepis, por favor, maquíllate en el baño de tu casa. El autobús no es el lugar adecuado.

Parece ser que los orientales no se afeitan. Se depilan.
Por mi OK. Pero hazlo en tu casa. Los demás no tenemos porque llevarnos tus pelos en los pantalones.

Mi favorito. ¿Qué tiene que ver United Golf Resorts con los nazis?
¿Qué irá oyendo por los auriculares? ¿Deutschland über alles?
Por cierto, esa esvástica está al revés

Pero tranquilos, aún hay esperanza:

jueves, 28 de julio de 2011

Frikis parade I

Continúo con mi monográfico sobre gente y transporte.

Hoy voy a ofrecer algunas de las cosas raras que he visto y que me ha dado tiempo a captar con mi móvil.
Marlon Garsía Westinghouse
Desgraciadamente no pude captarlo de cuerpo entero ni tampoco el sonido que emitían sus cascos. Pero era el prototipo de Guerrero Urbano que sueña con el Bronx (o donde coño vivan los Guerreros Urbanos)

Mujamar Al-Hib y Omar Sánchez Newman
Quedan los jueves en la línea 7 para echar una cabezadita juntos

Guópera King (Sra. de King -del payaso de Burguer King)

Jonas Horse Mejía
Un hombre que duerme de pie como los caballos

Acro Mega Frank
A este lo capté por casualidad. Cuando esperaba encontrarme a un montón de gente a la puerta, de esa que no deja salir. (Me recuerda a Reina, el portero, pero en más maizón)

Este es que me hizo gracia. Porque se parecía mucho a Joaquín Caparrós, el entrenador.

miércoles, 27 de julio de 2011

Venganza en transporte

A los sociópatas nos molesta mucho la gente que se pasa hablando por teléfono a voz en grito durante un viaje de más de 5 horas en autobús.
A todos ellos les dedico esta entrada.

Clotilde. Tiene un móvil y una amiga. Le gusta compartir sus vivencias en público

Anita (atrás) habla con su mamá a voz en grito.
Leocadia (delante) no quiere ser menos y aprovecha para reñir a su marido.

Obdulia (más adelante) no quiere ser menos y llama a su novio (que está en la cama con otra)

Clotilde (la de la foto 1). Ya es de noche pero sigue tocando los cojones.

De esta, la verdad, no me acuerdo. Pero me debió tocar las narices mucho porque mi móvil, cuando no hay luz, dispara el flash aunque no quieras. Y es un riesgo.

Xuaco, el cabrón saca el bocata de tortilla de patata con ajo justo después de parar en Villalpando. Puede ser porque le dé corte comerlo en un sitio donde hay que pagar, o que el sitio le dé hambre.
Mentira. Es por tocar los cojones y que los demás huelan a ajo. 

Eleuteria. Esta no se me olvida. Desde Oviedo hasta Madrid con el teléfono. Llamaba a la compañera de piso para reñirla porque había acabado el café. Le decía que saliese a comprar más.
Eran las 11 de la noche. 

Rociíto. Esta hablaba con mamá, papá, el novio y les iba diciendo en directo el tiempo que había desde Madrid hasta Oviedo.

A todos vosotros...que os jodan 
(por cierto, por lo que tuve que oir: tenéis una vida de mierda)

lunes, 25 de julio de 2011

Aparcando motos en Madrid

Querida prima Cecilia,

como sabes, en Madrid hay muchos coches y muy poco espacio para aparcarlos.
Como los madrileños conocen este problema, una de las soluciones que han encontrado para moverse por la ciudad sin utilizar el transporte público, es la de utilizar una moto.
Te preguntarás que es cierto que las motos ocupan menos espacio que los automóviles, pero que aún así, es necesario un espacio para aparcarlas.
Tienes razón. Lo que pasa es que los madrileños son listos. Y han encontrado un espacio para aparcar sus motos:
La acera.
O sea, el poco espacio que les quedaba a los peatones para moverse entre farolas, cubos de la basura, señales de tráfico, semáforos, terrazas de cafeterías, cartas de restaurantes, arbolitos mierda de perros, contenedores, gente que se para en el sitio más estrecho o parejas que van caminando ocupando todo el ancho de la acera.

Los madrileños suelen aparcar en dos sitios:
- 1. Delante del negocio donde trabajan. De manera que a) puedan controlar la moto desde dentro de la tienda o b) si no es una tienda, que quede justo a la puerta de donde trabajan
- 2. En el sitio que más moleste, independientemente de donde sea

Para muestra un par de botones:
Observa la foto. Desde que empieza la acera hay: un pilote de esos, una farola, en ella un cubo de basura, al lado un contenedor de basura, más abajo el arbolito con el poste que lo sostiene. Sólo falta la caca de perro, el excremento humano y el borracho. De Madrid al cielo.

Como el motorista no había logrado tapar toda la acera, decidió depositar un cubo de basura para molestar un poco más. (Observa los restos de "humedades" en las esquinas".

domingo, 24 de julio de 2011

Madrid Timos - Terraza del Penthouse

Querida Cecilia,

¿qué tal todo? Espero que bien.

Continúo en mi inútil tarea de quitarte de la cabeza las maravillas de la gran capital.
Como te he dicho cientos de veces, en España no se puedes pretender hacer nada sin que te estafen (los que se hayan metido a comprar un piso, a hacer obras en casa o a llevar el coche al taller saben de qué hablo).
En Madrid, sólo con salir a la calle alguien ya te estafa. Unas veces es la vuelta en el supermercado, otras incluso una señora que te pide dinero porque la acaban de atraca -y a la semana la ves haciendo lo mismo en otro barrio, o el rumano que vende mecheros con cara de pena y te pide algo de comer y luego conduce un coche que no te lo podrás permitir en la vida.
Ayer sin ir más lejos fuimos a un italiano al que solemos ir bastante. Al pedir la cuenta, por fijarme, me sorprendí al ver que por una de las bebidas, una caña, habían cobrado 4,70 euros. En una terraza en la calle te pueden cobrar 3,50 -que ya está bien cobrado-, pero en un restaurante, en el que no puedes hablar más alto que un susurro porque la pareja de al lado está a menos de 30 cm... me parece una estafa.

Pero hablando de estafas quiero contarte lo que hicimos por la noche después de cenar. 
Resulta que por no sé qué condiciones genéticas u hormonales o celulares o culturales o lo que sea, a las mujeres os atrae el "glamour" -entendiendo por "glamour" algo que yo no entiendo-. Así que parece que una de las actividades más "trendys", molongonas, megachachis, "ezcluzivas" y patéticopijas es subirse a la terraza de un hotel que queda en la plaza de Sta. Ana de Madrid y tomarse una jaliguay todo por el módico precio de 15 euros.
Bueno, digamos que esa puta mierda parece una cita obligada para que las chicas no se sientan inferiores unas de otras.
La movida debería ser esta:


Ya sabes, gente VIP, copas bien puestas, atención de camareros, ambiente agradable...

Para que te hagas una idea de lo que realmente es:
- Apaga el monitor
- Tápate los oídos
- Abre dos ventanas en casa para que haya corriente
- Coge un vaso de ginebra y échale una gota de tónica
- Bébetelo
- Tira 15 euros por la ventana

He grabado vídeo pero estaba tan oscuro que no se ve nada.
De los asientos y sofás, olvídate. No había donde sentarse. Supongo que está hecho con la idea de que te pires lo antes posible.
No había música. No hablo de un grupo tocando, ni siquiera de unos altavoces con música veraniega. Ni siquiera de un hilo musical.
Hacía frío y no hay dónde meterse, porque en el bar no dejan sentarse en los asientos.
La bebida el del bar Manolo te la pone mejor. Sin hielos, cargada. Por supuesto, si te quieres tomar una copa un poco más "currada" la pagas con otros 15 euros.
No hay camareros atendiéndote fuera del bar. Sólo pasaban un par de ellos recogiendo los vasos.
Los porteros de la entrada son un poco chulos.
La gente que había arriba eran otros pringaos con tan poco "glamour" como nosotros. Muchos chavales extranjeros con presupuesto extranjero. 
A pesar de que la terraza estaba casi vacía, cuando salimos -no aguantamos mucho evidentemente- en la calle había una cola de gente -casi todo parejas- que casi daba la vuelta a la esquina. Les estaban haciendo esperar por la única razón de que sintiesen la presunta exclusividad del sitio.

En fin. Madrid está lleno de listos.
Y de tontos.
Yo sé cuál es mi equipo.

sábado, 23 de julio de 2011

Madrid - Metro (Sudamericanas)

Querida prima Cecilia.

Hoy analizaré uno de los más importantes colectivos de usuarios del Metro de Madrid:

- Las sudamericanas

Entenderé por sudamericanas, a todas aquellas madrileñas con rasgos físicos distintivos propios de regiones de América Central y del Sur.
Por tanto, una chilena, argentina, uruguaya, venezolana, etc. que no represente esos rasgos típicos no podrá nunca ser objeto de este estudio por falta de conocimiento. 
Lo mismo se puede decir al contrario. Cualquier mujer que represente estos rasgos (evidentemente subjetivos) será incluida aunque haya nacido en Matalablima.

Lo primero que debo decirte es que el mito de la mujer latina, como una mujer hermosa, sensual, de rasgos exóticos, piel y cabellos morenos, labios carnosos, cuerpo incitante... es casi totalmente falso. 
Digo "casi" porque la piel y el cabello sí suelen ser morenos. 
Por cierto les recomiendo vivamente que antes de teñirse de rubio se lo piense un par de veces.

Es verdad que se ven algunas latinas impresionantes, pero suelen ser 1 de cada 100 (siendo generosos). El resto son mujeres bajitas o muy bajitas, con sobrepeso, sin ningún gusto para vestirse ni maquillarse, con cuerpos poco atractivos para los cánones españoles y a veces con rasgos masculinos.
(Evidentemente no es que los españoles seamos un dechado de belleza).

He notando que tienen costumbres muy extrañas.
Una de ellas es depilarse las cejas para luego pintárselas. ¿Qué sentido tiene? 
Además se pintan un par de arcos finos encima de cada ojo, lo que les da un aspecto rarísmo.

Otra costumbre es la de ponerse vaqueros ajustados y de talle bajo. Lo cual no tiene ningún problema a no ser que tu cuerpo no tenga cintura o incluso esas chichillas que muchas tienen encima del cinturón.

Casi siempre suelen llevar un par de bolsas cada una. ¿Por qué?

Tienen especial aprecio al calzado de color blanco. Especialmente a las botas.

Si se ponen vaqueros, estos suelen llevara algún adorno tipo bisutería.

Ya centrándonos en el Metro, a mí me parece que tienen un comportamiento extrañísimo.
Entran en el vagón y lo primero que hacen es buscar un asiento libre aunque se vayan a bajar en la siguiente parada. Creo que se debe a que en su cultura ir de pie se considera algo peyorativo.
Nade más introducirse en el metro su cerebro entra en modo Seek and Take. Pierden toda la vergüenza. Lo mismo corren por el vagón, que se cuelan a otras personas.

Casi nunca leen un libro como hacen la mayoría de los otros viajeros. Digo casi nunca porque he visto que algunas son muy aficionados a llevar Biblias que suelen estar subrayadas y llenas de anotaciones.
(Aquí introduzco una reflexión. ¿No se dan cuenta que lo que están leyendo es una traducción hecha por sabe Dios quién de una traducción hecha por sabe Dios quién de una traducción hecha por sabe Dios quién?)
A veces llevan un Sodoku.

Otra cosa que he notado es que todos los sudamericanos -ellos también- suelen llevar lo último en teléfonos móviles y les gusta mucho eso de interactuar con ellos. Todo el viaje cambiando de canción o explotando burbujas.
Ellas al menos nunca les quitan los auriculares y nos ponen el Ragetón a todo volumen.

Pero lo más llamativo es que cuando consiguen un asiento lo que hacen es... ¡dormir!
Salen de casa a toda velocidad. Entran en el metro a toda velocidad. Consiguen un sitio para sentarse a toda velocidad... y se ponen a dormir.
¿?
Si se duermen en el metro ¿qué no harán en la cama?







Otra característica es que antes de llegar a la parada ya cogen sitio enfrente de la puerta (esto es muy madrileño). Cuando se abren las puertas salen disparadas. Llegan las primeras a la escalera mecánica y... ¡se paran en la escalera!
¿Qué sentido tiene? ¿Tenían prisa o no?
Las pocas que suben las escaleras mecánicas caminando tienen una especie de tic y es que cuando ya están llegando al final de las escaleras se paran. Como si hubiese un precipicio. Como si el final de la escalera se las fuese a tragar por esa rendija llena de dientes.

En fin querida prima. Te seguiré contando en la próxima carta. A ver si te hablo de las chonis o algo así.

lunes, 4 de julio de 2011

Inventigando

Hooooooy...


Urólogos coreanos afirman que el tamaño del pene está relacionados con la diferencia de tamaño entre el anular y el índice. Cuanto más parecido es el tamaño de ambos dedos, mayor es el pene.

Yo tengo el índice y el anular exactamente iguales.
Puedo afirmar categóricamente que esa teoría es totalmente falsa.