sábado, 27 de agosto de 2016

Héroes mercenarios

De pequeños la televisión estatal nos adoctrinaba sobre la maldad del capitalismo y las bondades del marxismo a través de un programa infantil de televisión -hoy sobrevaloradísimo- llamado La Bola de Cristal.
Pero lo que de verdad nos gustaba y nos sigue gustando eran series ochenteras estadounidenses como El Equipo A.
El Equipo A es claramente -y seguro que son pretenderlo- una serie anarcocapitalista. El argumento que se repetía en esta serie era el de un grupo de personas que, amenazadas injustamente por otras más armadas, contrataban a un grupo de mercenarios para que les proporcionaran a cambio de dinero la protección que no podían recibir del estado.
Los malos generalmente estaban organizados en mafias que, obviamente, tenían relación con algún poder público. Ya fuese el sheriff del condado, el gobernador estatal o algún monopolio o concesionaria.
El Equipo A, estaba formado solamente por cuatro o cinco miembros que tenían una clara división de tareas. Eran veteranos, con experiencia y altamente especializados.
Su infraestructura era mínima. Apenas contaban con una furgoneta (muy molona para la época, eso sí) y unas pocas armas plateadas.
Aun así eran capaces de cargarse al grupo oponente que contenga con una implantación, personal, organización, infraestructuras y poder económico superiores.
Históricamente nos podemos encontrar con cientos de casos donde una pequeña guerrilla pone en jaque a ejércitos regulares muy superiores en número y poder. Actualmente lo vemos con el llamado ISIS.
Su tarifa era alta. A veces no la cobraban, lo  que era un gesto de solidaridad, ya que era voluntario. No había coerción externa.

Se daban pues muchos de los principios anarcocapitalistas. Voluntariedad, nadie te obligaba a contratar o a pagar al Equipo A. Crítica al estado, el estado ni siquiera es capaz de protegerte, genera monopolios, favorece a la mafias. Defensa la propiedad privada, la defensa de la propiedad es esencial. Libre mercado, el comercio es defendido como la base de la creación la riqueza. derecho a la vida, ningún malvado moría, no había ejecuciones. Libertad para la posesión de armas.

Es cierto que una vez detenidos los malvados los entregaban a la justicia estatal, lo cual constituye una cierta contradicción con la filosofía libertaria, pero los guionistas tenían que resolver los epílogos en un minuto y no creo error hubiese tiempo para mucha floritura.