lunes, 2 de abril de 2007

Cartas desde Madrid

Querida prima Cecilia.

Perdona por no haberte escrito antes, pero es que entre lo vago que soy y que he estado algo liado he dejado tus cartas para el final.

Pues sí, llegué sin problemas y hasta el momento he sobrevivido bastante bien.
Sobre Madrid, tengo mucho que contarte. Hay ciertas cosas que se dicen de Madrid que son meros tópicos y otras en cambio son realidades.
Por ejemplo sí que es verdad que los madrileños son, lo que los asturianos entendemos, por un poco chulos. No sé si decir chulos o echaos p'lante. Sobradetes vaya.
Por ejemplo te pueden preguntar si sabes lo que es una barbacoa o si has probado el cocido madrileño alguna vez.
Cuando te explican algo les gusta repetirte las cosas, como si fueras tonto. Pero, en cambio, a ellos no les gusta que les expliques nada.
Sí les gusta mucho que les preguntes, pero ellos odian preguntar, porque puede dar la impresión de que no están lo suficientemente enteraos.

Cada madrileño lleva dentro un protagonista. Todos quieren ser la estrella principal y no les gusta perder plano. Así que no les gusta compartir público.
Se las ingenian para repartirse en pequeños gallineros en los que sólo haya un gallo. Por eso resulta muy simpático, cuando por un error de planificación, coinciden dos o más gallos en la misma mesa. Se crea una competición a ver quien es más listo que resulta muy entretenida. Muy entretenida siempre que tengas aguante a los ataques de vergüenza ajena, claro.

Cuentan que en una ocasión un obispo romano le preguntó a un madrileño por la existencia de Dios. El madrileño después de basarse en unas cuantas verdades propias y universales le dijo al Obispo que sí, que Dios existía. El Obispo se puso loco de contento, pero enseguida llegó otro madrileño y, con la misma seguridad que el primero argumentó lo contrario. Desde entonces allí persiste la duda sobre la existencia de Dios.

Los madrileños tienen un sentido de España muy simpático. Para ellos España se divide en Madrid y el resto. Al resto le llaman "provincias" en tono un poco despectivo. Como si las hubieran conquistado ellos.

De Asturias tienen un concepto muy raro. Piensan que siempre llueve y hace mucho frío. Lo simpático es que desde que he llegado aquí, no ha parado de llover ni de hacer frío.
Creen que nos vamos a Asturias para beber "sidriña". Y no importa las veces que les digas que es sidrina, sin la eñe, que te lo van a seguir repitiendo. Porque, entre tú y yo, tienen defectos de con las palabras. Por ejemplo, cuando nos oyen hablar, nos preguntan si somos gallegos. Y a su vez ellos piensan que no tienen ningún tipo de acento. Esto puede deberse a que no se escuchan los unos a los otros.

Como sé que te tienes pensado venir por aquí te daré algunas palabras traducidas para que no tengas problemas.

Mú - No es el sonido de una vaca, sino la forma en la que pronuncian "muy". Por ejemplo: "Aquí se habla mú bien".

Madriz o Madrí - Madrid. Por ejemplo, repiten una frase que me cuesta entender: "De Madriz al cielo". Debe ser porque de aquí no sale nadie vivo.

Nos ha jodido / Ya te digo - Esto son fórmulas que utilizan para no quedarse callados. Para rellenar. Por ejemplo, si tú les dices que hace mucho frío, es lo que te van a contestar.

Ejque - Los madrileños fuman como carreteros y todos tienen flemas en la garganta, lo que les impide pronunciar determinadas eses. Quiere decir "es que". Parece una influencia manchega.

Lo - Los. Si la ese es al final de la palabra no la suelen pronunciar. Pero no es una regla estricta. A veces la pronuncian como jota. Parece una influencia andaluza.

Niño, perro, casa - Cuidado aquí. Utilizan la misma fórmula para el singular que para el plural. Tienes que adivinarlo según el contexto en que se diga. "Lo niño etán con lo perro en su casa". Sería "Los niños están con los perros en su casa -o en sus casas-" Ahí ya tienes que adivinarlo por el contexto.

E lo suyo - Es la fórmula que usan para decir algo así como "es lo conveniente".

La, le - Estos pronombres los usan indiferentemente que el verbo sea transitivo o no. Por ejemplo "Sé que la gusta" o "Me le llovió el coche entero".

QueeeeeeKabrón - Difícil traducción. Sirve tanto para decir que una persona es afortunada, como que es espabilada y hasta para decir que es un cabrón, aunque esto las menos de las veces.

También debes saber que hay ciertas expresiones que no van a entender.

No digas tajalápiz, les suena a sudamericano. Di sacapuntas.
Si dices "no me da más". No entienden que es eso de dar o no dar más. ¿Más qué? suelen preguntar.
Nada de mancar, ni de guaje, ni de "calla, ho" o "¿qué ye, ho?". Creen que el ho, no viene de home, sino de ¡oh!, de llamar a las cabras. Y empiezan a repetirlo como si fuesen pastores idiotas.

Por cierto, cuando vengas no vayas de madrileña, porque lo peor es un asturiano renegao, de esos que hablan intentando disimular el acento. Queda ridículo.

Bueno, prima. Por hoy ya es bastante, otro día te sigo escribiendo. Que toi mallao.


Veranos perdidos

Inauguro sección.

En ella mostraré alguno de esos personajes que por una u otra causa le falta una garcillada, un hervor, un verano al fin y al cabo.

Hoy...
Etoo, como no podía ser de otro modo