viernes, 28 de febrero de 2014

El IVA y los pañales

Andan los músicos, actores y gente del cine quejándose de que están gravados con un IVA del 21% y hoy, después de hacer la compra en el Lidl, veo que los pañales están gravados con un IVA del 21%.
Sigo mirando el resguardo de la compra y veo que la cerveza, la pasta de dientes y las toallitas también tienen ese mismo tipo.
Las salchichas, el aceite de oliva, el atún de lata, las aceitunas, los espagueti chinos con sabor a pollo, el chocolate con pasas, el bizcocho de limón y la pechuga de pollo están gravados al 10%.
El pimiento rojo, la cebolla, los yogures, los canónigos, el queso Camembert, el queso rallado, el Emmental y el pan están gravados con el 4%.

Ahora te imaginas un congreso de funcionarios reunidos durante meses dilucidando si el papel higiénico es primera necesidad o un lujo y eso es la civilización a la que hemos llegado.
Funcionarios sacando impuestos para poder mantener y aumentar más funcionarios que saquen impuestos.
¿Por qué llegaron a la conclusión de que el chocolate con pasas es más necesario que la pasta de dientes?
Nadie lo sabe.

Apoyo a los músicos, actores y gente del cine en que un 21% de impuestos cuando, por medio del IRPF, todo viene ya gravado más que suficiente es un atraco.
Pero apoyo aún más a los fabricantes de pañales, cerveza, dentífrico y pasta de dientes (y a los consumidores que somos los que al final lo pagamos) que llevan siendo objeto de este atraco seguramente desde hace más tiempo y no les he oído decir ni mu.

Contraproducente

Si yo fuera un filántropo jamás daría lismonas

martes, 25 de febrero de 2014

sábado, 22 de febrero de 2014

Por los pelos

Me acerqué a ella por la noche en un bar. Noté una mirada extraña de los camareros y de sus amigas.
A pesar de ser bastante bonita no parecía tener a nadie rondándola.
Tenía un carácter un poco agrio, es cierto, pero al menos me hizo caso y me dio su teléfono.
En el baño me pareció que un borracho decía no sabes dónde te metes. 
A la mañana siguiente la llamé y quedamos. Me dijo que pasase a buscarla por su casa. Me dio la dirección. Vivía en el segundo piso de una calle cerca de allí.
A la hora prevista, cuando fui a picarle vi esto:

Salí corriendo.

jueves, 13 de febrero de 2014

domingo, 9 de febrero de 2014

Mi Amiga Roja Invita A Narrar

Me entero por Facebook que una de mis mejores amigas ha comenzado una nueva carrera de empresaria. 
Espero que le vaya lo mejor posible y que genere un montón de riqueza y de puestos de trabajo.
Digo esto porque mi amiga es muy de les Cuenques. Muy roja. De esas que su Facebook es casi un paradigma del progresismo español. Parece la página del Follonero.
El caso es que si su empresa no es la típica empresa asturiana que aspira a vivir de subvenciones y ayudas y consigue salir para adelante y comienza a generar riqueza y puestos de trabajo, esto es lo que le espera de parte de los suyos:


Esos chicos musculosos, jóvenes, sanos, en forma, multiculturales, de amplio abanico étnico, culturalmente ricos, esos son los trabajadores. O sea, a esos que tú habrás contratado si consigues generar esa capacidad que te deseo fervientemente.
Ese monstruo verde, con garras, puro, ojos de reptil, fauces de bestia, con cuerno de toro, taparrabos primitivo y sombrero de copa serás tú.

Esos son los carteles que cuelgan en los espacios habilitados los tres sindicatos que operan en la empresa para la que trabajo.

A mí me recuerdan a algo.


Pero no me hagas caso... Yo soy muy raro.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Entrometiéndome

Desde que tengo memoria recuerdo que siempre he tenido cierta tendencia a la reinserción del friki.
Me explico.
En muchas ocasiones que ha habido alguien al que el resto consideraban un tipo raro o alguien con el que no se debería tener mucho trato. Ahí estaba yo. Haciéndome su colega e intentando meterlo en el grupo.
Lejos de ser una alabanza hacia mi carácter lo que estoy diciendo es que soy gilipollas. No recuerdo ni una vez en que esa actitud mía haya traído nada bueno.
Las razones son varias.
En muchas ocasiones el marginado, no era tal sino un marginal. Alguien que no quería tener contacto con los demás. Por lo que no hice otra cosa que importunarle.
En otras ocasiones el marginado lo era porque directamente se trataba de una persona o bien problemática, o directamente un hijoputa. Como he visto en demasiadas ocasiones. Mi único logro estas veces fue insertar un cáncer dentro de un organismo que previamente lo había rechazado apartándolo como el cuerpo hace con los quistes.
Otras veces el apartado estaba apartado porque lo merecía. Porque era insoportable por sí, más allá del intento de nadie por empeñarse en introducirlo en algún núcleo social.

Podría decir que, como mi empeño era noble, yo en el fondo me comporté bien. Que hice lo correcto.
Esto es lo más equivocado de todo.
La razón por la que creo que lo hice, lo hago y lo seguiré haciendo es por un cierto complejo de inferioridad. Los fuertes se rodean de fuertes. Los débiles, de débiles. Quizás haya incluso algo de miedo a caerle mal a alguien o complejo de culpabilidad. No sé.
Si intento meter a un marginal en un grupo que no es el suyo, estoy molestando absolutamente a todos. No le hago bien a nadie.
Si intento meter a un cabrón en un grupo que lo está rechazando, estoy fastidiando a ese grupo. Los estoy arruinando.
Si meto a un raro en un colectivo, lo incomodo, lo desequilibro.

Otra de las reacciones que se han repetido es que el raro acaba enfocando contra mí su odio. En alguna ocasión la interpretación que he hecho es que esa persona tenía un complejo de inferioridad. Yo di con acomplejados que si alguien los trata bien, en vez de agradecerlo, pasan a comportarse con su benefactor como auténticos cabrones. Si ellos se consideran una mierda y de pronto alguien los trata bien, la conclusión que deciden es que ese tío es peor que ellos.

Además, he comprobado que mi actitud, lejos de ser generosa o bondadosa, finalmente se acaba convirtiendo en mala, en negativa. Porque soy el primero que me cago en la madre del hijoputa o el primero al que le saca de quicio la actitud del raro. 
Así que la hipotética buena acción se acaba convirtiendo en una mala actitud.