lunes, 11 de abril de 2005

Toli y el hit oportunista

Algunos piensa que Toli compone muy rápido. Y no es así.


Tras haber vendido nuestra última copia de "Extraños Sueños. Parte 1ª" nos encontramos con que nuestra discográfica había optado por el camino más rentable del "management".

Esto nos invitó a hacernos otro replanteamiento más del grupo, -el enésimo-. Pero esa vez nos hicimos la firme promesa de que no se iba a quedar en la típica reunión en el Yuppie. Haríamos algo más. Lo llevaríamos a cabo.

Tras un montón de proposiciones que fueron siendo desechadas una a una (maldita norma del derecho de veto débil): pasarnos al heavy, al sixtie, al indie, al groove, poner una cantante, echar al bajista (maldita norma del derecho de veto débil... y de que el bajista tenga derecho de veto), hard setentero, buenrollismo, neohippismo, pijohippismo (bueno, estas tres fueron la misma propuesta presentada de distintas maneras; el cabrón del Lana siempre fue un visionario. De haberle hecho caso ahora estaríamos de gira con Melendi, Bebe y Manu Chao-... y pensar que nos reíamos cuando hablaba de la rumbita... hasta le llamábamos "Peret"... ¡imbéciles!).

Bueno, a lo que voy. En ese momento alguien inteligente propuso que lo mejor era hacer un Hit (para el que no entienda, esto del "jit" se usa para temas que se pegan al cerebro y no puedes dejar de cantarlos. Ejemplos: Aserejé, Macarena, La Flaca, La Raja de tu Falda...)

Toli se puso aún más pálido de lo habitual. "
Pero yo no sé hacer canciones alegres, ni que gusten a las hermanas pequeñas".
Y era cierto. Lo más parecido a un estribillo que habían hecho Toli era un o-o-o-ó, que además fue sustituido por un a-a-a-á porque se pensó que sonaba muy Bon Jovi.

Por ese lado lo teníamos ciertamente crudo.

Alguien
dijo que no eran necesarios estribillos, simplemente se necesitaba una canción con una temática de plena actualidad. Una vez que la tuviésemos el plan sería grabarla cuanto antes para que la pinchasen en las radios.

Tras desechar varios temas: "las vacas locas" -estamos hablando de 2001- por poco elegante; "el cultivo de plantas alteradas genéticamente", supusimos que alguna marcianada así ya estaría escrita en los ochenta; "el 11-S", ¿quién compite con lo que montaron los americanos?; "Gran Hermano", ¡sí que andábamos enganchados!; y varios más, al final nos decantamos con uno que estaba generando un gran debate público en los medios de comunicación y que nos iba a asegurar una buena cuota de share:
LAS RAZAS DE PERRO POTENCIALMENTE PELIGROSAS.

Con el acuerdo tomado, nos despedimos y decidimos no ensayar durante una par de semanas para no quitarle tiempo a Toli para componer.

A las dos semanas Toli me llamó y me pidió que le diésemos otra semana más. "
Esto va bien, está metido y dándole los últimos retoques" pensé.

A la semana siguiente, cuando ya me frotaba las manos y ensayaba entrevistas en Música Sí y Gente, Toli llamá pidiendo otra semanita.

Comencé a preocuparme.

A la siguiente semana Toli no llamó.

Fui a su casa. Su madre me contó que estaba muy raro y que no hablaba con nadie. Decidí entrar en su habitación, aun con la advertencia materna: "
Esto el seguro no lo cubre".

Allí estaba Toli. Pálido. Extremadamente delgado. Sucio. Tirado en su cama, con la cara hundida en la almohada. Sobre su mesa un folio. Me acerqué al escritorio. Dirigí el flexo hacia la hoja. Había algo escrito:

"
Razas de perro potencialmente peligrosas". Y debajo, en el margen derecho sólo habían palabras sueltas: "bozal", "dueño", "correa", "ataque", "pitbull", "colmillo", "pipí", "popó". Entonces oí una voz gimoteante que provenía de la cama: "No encontré rima, no encontré rima".

Salí de aquella habitación rápido y enfadado. Un mes perdido.

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Volvimos a quedar en el Yuppie. Esta vez fue el teclista el que propuso el tema:

LA VIOLENCIA DE GÉNERO.


Esta vez Toli sólo se demoró tres semanas. Pero nos trajo una canción. Incluso tenía estribillo y era tarareable.

La ensayamos muy rápido y hasta teníamos una fecha cerrada con el estudio para grabarla.

Pero ese Viernes, después de comer puse la televisión. Sintonicé Canal Plus. Lo + Plus. Allí estaba un famoso cantante. Presentaba nuevo disco. El disco era una colección de 12 canciones en las que en todas ellas se hablaba de malos tratos.

No pude soportarlo más. Pensaba en lo que la falta de creatividad de Toli nos estaba haciendo. Cambié de canal. Vi a Ana Rosa Quintana entrevistando a una conocida cantante. ¿De qué hablaban? Del maltrato a las mujeres. Ni siquiera presentaba un disco, simplemente estaba merendándose nuestro share, mientras nosotros nos moríamos de asco por culpa de la maldita lentitud de Toli.

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Desde entonces Toli tiene vía libre. Ha vuelto a su viejo estilo de canciones sin estribillo y con alguna sílaba más de la que cabe.

Ahora sé que nunca haremos un hit. Pero por lo menos me ahorro berrinches.