sábado, 29 de octubre de 2011

Mad Ladys

Hace un par de días asistí a uno de esos momentos que uno presencia raras veces en la vida: dos mujeres hablando ante un hombre como si el hombre no estuviese allí.
Una de las chicas comenzó diciendo que el día anterior se fue a poner sus vaqueros favoritos. Unos pantalones que tienen mucho tiempo pero que le encanta cómo le sientan.
Cuando fue a abrochárselos descubrió que no podía.
En ese momento muchos estaréis pensando que su reacción fue la de proponerse hacer dieta, o la de quedarse sorprendida. Incluso, algunos, que lean el Cosmopolitan o hayan visto Sexo en Nueva York, pensarán que se deprimió.
Pues no. Le echó una bronca enorme a su novio.
Yo estaba atónito. No tanto por la historia en sí, que me la conozco. Sino por el hecho de que era la primera vez que una mujer confesaba su locura ante mí.
Pero no se quedó allí la cosa. La otra chica confesó que por la noche, cuando va a elegir la ropa para el día siguiente, si no encuentra nada que crea que le pueda quedar bien, lo que hace es... ¡echarle una bronca a su novio!
¡¡¡!!!
Podría pensarse que se trataba de dos niñas de mamá, o de dos pijas, o de dos crías tontas. Nada de eso. Las dos son licenciadas, han cumplido los treinta y una de ellas ni siquiera es española.
Con ese tema siguieron un rato más, la primera reconoció que antes de acostarse está media hora para elegir la ropa del día siguiente, y se enfada y deja a su novio viendo la tele solo.
La segunda, confesó que a veces, cuando no se le ocurre qué ponerse enciende la tele para ver si encuentra la inspiración en alguna chica que aparezca en la pantalla.

Lo peor de la historia es que las dos van vestidas todos los días cada una con el mismo estilo.