martes, 1 de julio de 2014

Mujeres y estilo

El otro día estuve en una terraza de la calle Montera tomando algo.
Para el que no sea de Madrid o no la conozca diré que esta calle es también conocida como la calle de las putas.
A lo largo de casi toda la calle, durante todos los días del años y durante todas las horas del día y de la noche hay un montón de chicas haciendo la calle a la vista de todo el mundo.
Las hay altas, bajas, morenas, rubias, guapas, feas, delgadas, gordas, sudamericanas, eslavas, africanas, españolas...
Como digo, por esa calle circula un montón de gente ya que está en el centro de Madrid y une ni más ni menos que la Gran Vía con la Puerta del Sol.
Este pasado domingo ya hacía calor en Madrid y por la tarde había un río de gente subiendo y bajando la calle.
Las prostitutas suelen vestir durante esta época del año con pantalones muy cortos, camisetas y zapatos de tacón. Les suele acompañar un bolso, un chicle o un cigarro y cara de hastío.
Lo normal es que estén solas o con otra prostituta, paradas cerca de un edificio, una farola o un árbol para apoyarse.
Así que si te encuentras sentado en una terraza, de cara a la calle puedes ver a todos los que pasan por allí y también a estas chicas.
De lo que me di cuenta y en lo que nunca había reparado es que si no fuese porque muchas de las chicas que paseaban por allí iban del brazo de su novio, con amigas, con sus padres o simplemente caminando sería bastante difícil si no imposible distinguirlas de las prostitutas.
No me estoy refiriendo, obviamente, a sus actividades, sino a la ropa.
Yo no soy un tipo elegante y de ropa entiendo lo justo para no salir en zapatillas a la calle, pero sí que creo que con tanta oferta de tiendas y de ropa -más en una ciudad como Madrid en la que se puede encontrar casi de todo- el estilo predominante en Madrid en un día de calor de junio no va más allá de un pantaloncito -que no a todas sienta bien- una camiseta a veces remangada o rota y unas sandalias no es comerse demasiado la cabeza.

Tanto shopping y tanta rebajas ¿para qué?