domingo, 22 de julio de 2007

Veranos perdidos


Aprovechando que tenía el régimen de visitas para ese fin de semana, papá tontolaba se llevó a su hijo de diez años a correr los sanfermines.
El año que viene, cuando el niño tenga once, le montará un botellón.
El siguiente, cuando ya haya cumplido los doce, se lo llevará de putas. Como debe ser.

Al parecer, como el ayuntamiento le metió una multa de cien euros por zoquete, en Madrid, una asociación protaurina, le dio ayer un homenaje con placa y todo. Para que sepa que no está sólo.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues ya puestos a fomentar actitudes suicidas en menores, ¿qué pasa con los padres orgullosísimos de que su hijita de 4 años, escale hasta la cima de un Castellet de 9 pisos humanos para agitar una banderita y bajar? Eso sí, con casco, por si acaso...

Fritz (otro día me registro)

Anónimo dijo...

¿O con los padres de esa niña de 13 años que ya ha sido 27 veces campeona mundial de kite surf, y es un orgullo nacional?

Fritz (las ideas me van llegando a plazos)

Anónimo dijo...

¿O con los de todos nuestras futuras promesas del motociclismo, que con 12 o 13 años, ya saben lo que es andar a 200 km/h sober dos ruedas?

Anónimo dijo...

Todo es un proceso de selección natural, no hay más que esperar la naturaleza siga su curso. Jorge Lorenzo es la excepción que lo confirma, aún sigue por ahí pululando.