
Parece como si, por un día, los fuertes, los dueños de la ciudad, estuviesen fastidiados.
Y eso me gusta.
Circulan despacio, inseguros, con una capa blanca sobre ellos que parece que les pesa cientos de kilos.

Hace las calles más pequeñas. Suenan distintas. No están tan solas. Son más tranquilas.
Deberían ser siempre así.Nieva
1 comentario:
Mi conexión a Internet tiene sentido desde que existe este rincón.
li
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