Estimado Sr. Bruce Wayne/Batman
He venido siguiendo su trayectoria durante los últimos 20 años principalmente a través de las películas que de usted se han hecho.
Lo que he sacado en conclusión es que es usted un próspero empresario, un hombre con poder político, un magnate, un filántropo y, además de todo esto, un superhéroe cuando el resto de actividades se lo permiten.
Tiene una mansión enorme. Conduce vehículos exclusivos hecho para usted por una sección de su empresa dedicada ex profeso a satisfacer sus necesidades. Entre ellas está el uso de armas y utensilios ultramodernos que harían feliz a cualquier hombre.
Aparte de esto, posee otra cosa que todo hombre desea: un taller. Obviamente este taller no es un simple cobertizo en el jardín trasero. Es toda una baticueva donde hacer mil experimentos. A su vez, esta baticueva sirve como punto de control audiovisual o como home-cinema.
Cuando lucha contra los malvados siempre les vence.
No tiene usted jefe.
Ha viajado por todo el mundo.
Su desempeño le permite hacer deporte y estar en forma.
A todo ello añadir que disfruta de un éxito envidiable con las damas. Cualquier hombre daría 10 años de su vida por rozarle una teta a una gordita disfrazada de Catwoman. Sin embargo, usted se acuesta con la auténtica, ya sea la blanca tipo Michelle Pfeiffer o la café con leche tipo Halle Berry (la otra la podemos olvidar). Además tiene a sus pies a Batgirls, Kim Bassingers e incluso alguna malvada, con el morbo que eso da.
Sin embargo, está usted amargado.
Sí, un mendigo mató a sus padres cuando era usted un niño. Sí, pero usted supo salir adelante. Conservó las empresas y las propiedades heredadas e incluso las amplió.
Dice que se ve obligado a combatir el crimen en contra de su voluntad. Que es una especie de cáliz con el que vive.
Déjelo usted. Ya está la policía. Y si no se fía, pues apechugue con su cometido ya que recibe más cosas buenas que las que sacrifica.
Todo esto para decirte, Batman, que no entiendo tu rollo.
Un poco de actitud hombre. Un poco de actitud.
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