miércoles, 26 de enero de 2005

Los Hombres Huevo


Si fuesemos huevos cocidos todo serían ventajas.


Los desplazamientos.

No serían necesarios los vehículos. Bastaría un buen impulso para llegar a cualquier sitio. Las carreteras, por supuesto, no tendrían piso antideslizante. Habría un menor gasto en combustible y por tanto menos contaminación.
No niego que esto conllevaría más riesgo de accidentes, pero de todos modos, el choque de un huevo cocido nunca sería letal. Lo peor que podría sucedernos es la rotura parcial de la clara cocida con pérdida de la masa yemal. Eso sería fácil de sanar aplicando una cáscara artificial durante un tiempo.
Otro posible accidente podría producirse al haber algún elemento punzante sobre el firme. Esto nos podría ocasionar a los huevos humanos, una incisión que podría ser considerada como un simple piercing accidental. ¿No molaría llevar una tuerca clavada en la frente?


Las muchedumbres y aglomeraciones.

Serían maravillosas. El deslizante contacto de los cuerpos de los huevos cocidos entre nosotros resultaría agradable y muy divertido. A la más mínima presión los hombres huevo saldríamos disparados por los aires. A esa expresión corporal se la conocería como puenting inverso.


La ropa.

El gasto del hombre huevo se reduciría enormemente. ¿Qué ropa puede llevar un huevo? Si nos ponemos unos pántalones ¿cómo nos los sujetaríamos? -O nos quedarían bajos y se nos caerían o se nos deslizarían hacia arriba y no veríamos por dónde caminamos-. ¡Ropa fuera!
Además si llevásemos ropa perderíamos nuestra capacidad deslizante, lo que equivaldría a que seríamos minusválidos.
Y ¿para qué querría abrigarse un huevo cocido?


El sexo.

Los hombres huevo no tendríamos sexo. Y aunque lo tuviésemos, como no puede haber diferencias entre huevos y huevas, nunca podríamos relacionarnos. Esto evitaría muchas frustraciones (seríamos más felices). Además nos libraríamos de pérdidas de tiempo y dinero: no gastaríamos en colonias, ni en coches deportivos, ni en clases de golf.
Además, al no existir las huevas, no serían necesarias todas esas tonterías femeninas para llamar la atención del otro sexo, como gastarse una pasta en peluquerías o comprarse modelitos para las bodas.
Así que los hombres huevo tendríamos un gran poder adquisitivo y una mayor esperanza de vida que los seres humanos. Seríamos ricos y además durante mucho tiempo. Esto conllevaría un enorme impulso tecnológico.


El trabajo.

No llegaríamos tarde al trabajo. Al no viajar en vehículos no provocaríamos atascos y si hubiese uno, nos los pasaríamos fabulosamente empujándonos unos contra otros hasta que uno a uno saliésemos disparados en dirección a un puesto de trabajo en el que, aunque no sea el nuestro, no tendrían ningún problema en desempeñar.


La sociedad.

No existirían tensiones en una sociedad tan equitativa. Todos seríamos iguales.


- Con su logística, su capacidad para el ocio, su falta de frustraciones, su economía, tecnología, capacidad laboral, etc, la sociedad de los hombres huevo sería imparable. El sueño de cualquier ministro de economía o medio ambiente.

Sólo existiría un problema: la lacra del canibalismo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha venido al leer este artículo una noticia sobrecogedora que escuché el otro día en la radio. Independientemente de que la noticia en sí demuestra que hay un exceso de oferta de radio en este país y que no saben con qué contenidos llevarles el tema es que : "LOS HUEVOS BLANCOS ESTAN DESAPARECIENDO". Es cierto, abre tu nevera y mira en el cachivache troquelado que existe para poner los huevos (el porqué existe ese cachivache y no otros para insertar el ketchup o la mermelada o el jamon de york exige otro hilo por lo menos) y comprueba que no tienes huevos blancos, que son todos pintos.
Lo cierto es que no se sabe por qué sólo el 10% de los huevos que se comercializan son blancos. Esto significa que una sociedad de huevos cocidos tendría sus problemas: aparecerían las minorías, los guetos, la discriminación laboral, la burla y el insulto por ser diferente. Cierto es que algunos fundarian la AHPPDHB (asociacion de huevos pintos por los derechos de los huevos blancos), pero sería algo políticamente correcto y sin nigun tipo de profundidad. ¿quién querría tener un huevo blanco por vecino?. La gente podría verte junto a él y pensar que le simpatizas. La tasa de paro de los huevos blancos sería mayor que la de los pintos ya que sería mas propenso a sufrir "accidentes" y agresiones y sería más complicado buscar un sustituto. Por ello los huevos blancos, sin duda cobrarían menos por el mismo trabajo.
Aún así lo más duro de asimilar es pensar que en una sociedad de huevos cocidos una empresa del tipo "Solmanía" tendría su sitio.
¿Y por qué cocidos? Una cosa que aprendía a base de dolor en el famoso "encuentro juvenil banesto" (recuerdos a Toli-WWF) es que una manera de diferenciar un huevo cocido de uno crudo es intentar hacerlo girar sobre su eje. El crudo no girará porque su interior es líquido. Esto me lleva a pensar que yo personalmente preferiría ser un huevo crudo: de vida más efímera pero al menos giraría sólo si me diera la gana

LaGrand dijo...

Sí, quizás sea un problema que no he tratado lo suficiente, sin duda, debido a que me centréen el problema del canibalismo. Pero recuerda, Ramsonian, que los Hombres Huevo vivirían sin cáscara y por lo tanto serían todos del mismo color. Luego se podrían hacer discriminaciones con respecto al color de la cáscara...pero ¿quién hace discriminación en función del color de la placenta materna?

Anónimo dijo...

Mil perdones. No había caído en que te referías a huevos pelados. Eso sí el nacimiento sería más complicado y a la vez, más real. Es más, me recuerda a Matrix cuando lo desconectan de la máquina (vaya, no debería haber dicho eso, seguro que me puntúa para el test de frikis)