En este año he tenido la oportunidad de introducirme en el extrañísimo mundo de las aplicaciones para conocer otras personas.
Me ha costado definirlo porque si dijese para conocer pareja estaría limitando el concepto.
Si estás fuera de este mundo y tienes curiosidad yo voy a tratar de explicarte en muchos posts la forma en que yo lo percibo.
No voy a ser ordenado en mis publicaciones y comentaré según se me vayan ocurriendo las ideas y me vaya encontrando con momentos destacables.
¿Por qué este asunto? Porque me parece maravilloso desde el punto de vista antropológico, sociológico, cultural...
Dicen que los arqueólogos encuentran más información en las letrinas que los templos. Un arqueólogo del futuro debería rescatar los archivos de las aplicaciones actuales si quieren conocernos.
¿Qué son las aplicaciones de citas?
Son programas informáticos que permiten hacer una presentación de ti con imágenes y texto a otras personas que a su vez hacen lo mismo y contactar entre sí.
Problemas: Para conectar, la persona que has marcado como que te gusta (LIKE) tiene que marcarte a ti también. Se denomina "MATCH".
También puedes contactar con personas que no te han dado "me gusta" pero para eso hay que pagar a la aplicación.
Otro problema es que por cada mujer en estas aplicaciones hay muchos hombres. Se dice que las proporción suele ir del doble al triple de hombres según la aplicación. Yo creo que se queda corta esta proporción.
Entre las distintas finalidades puedes elegir hacer amigos, buscar un rollo corto, relación estable y algunas intermedias. También el tipo de relación: monogamia, relación abierta y otras tipologías.
Como información normalmente un nombre de contacto, lugar de residencia, edad, altura, estudios, tendencia sexual, trabajo, si eres o no fumador, si tienes mascotas...
Yo, que soy un varón heterosexual de 51 años (¡Dios Santo!), obviamente tengo sólo acceso a perfiles de mujeres de una edad cercana a la mía y es en lo que voy a centrar. Así que los perfiles de hombres o de mujeres jóvenes no los voy a ver ni a comentar.
Lo primero con lo que me encuentro es con la mentira. Mentiras en el nombre. No pasa nada. Lo puedo entender.
Mentiras en la edad. De hecho, las fotos de mujeres que en sus perfiles ponen 40 y tantos y las de 50 y tantos no cambian tanto. A veces te encuentras mujeres de 50 con fotos actuales más juveniles que las de 40. Algo pasa. De hecho es normal que Annaty (40) en el texto de su perfil ponga la siguiente acotación "Tengo 46, pero la aplicación no me deja cambiarlo". Mis cojones. Mis cojones tiene la culpa la aplicación. Cuando hice mi perfil la aplicación me pregunto mi fecha de nacimiento. ¡Y la respetó! No me dijo: "Tío, estás cojonudo. Vamos a ponerte 42 que es lo que aparentas". No, no me lo dijo y no me lo dijo -además de porque no está preparada para eso- no me lo dijo porque la foto no la metes hasta el final. Y eso si quieres. Lo que hizo Anita, fue crearse un perfil hace tres años y puso que en vez de nacer en el 79 puso que había nacido en el 85. Y así se hubiese quedado si no fuese que hace tres año hizo match y quedó con Mattias (40) y Mateo Rodríguez de 40 años y que hacía deporte todos los fines de semana, se encontró con Ana Sánchez de 43, que no había hecho deporte desde 3º de BUP y que le recordó a su prima Lourdes de Lugo, esa prima que cuando el tenía 12 ella estaba en su absoluto prime con 16 pero que se había echado a perder hace ya prácticamente 30 años. Mateo, en esa cita -que no se repitió- aparte de decirle dijo que no se parecía mucho a la de la foto también le soltó que parecía más mayor que los 37 que ponía en su perfil. Y se lo dijo porque le había tocado bastante las pelotas ir a la zona de Plaza Elíptica desde Torrelodones un viernes por la tarde, tener que dejar el coche en un parking que le estaba costando 6 euros la hora y ahora tener que volver a Torrelodones porque no le apetecía está "tomando algo" con la versión burgalesa de su prima Lourdes.
Desde entonces Annaty avisa de que la aplicación tiene estas cosas.
Mentiras en las fotos. La edad no fue el único problema del perfil de Annaty. Annaty también decidió añadir fotos de distintos momentos. Una foto en la boda de su hermano en la que había quedado genial. Lo malo es que su hermano se había casado 6 años antes. Ella pensaba que seguía igual. Pero no. Todo el mundo veía que habían pasado 6 años cronológicos, dos embarazos, un despido, una separación, una reconciliación, un divorcio, una lucha por la custodia ganada, una renegociación para custodia compartida, 15 kilos -no de músculo- y años de ansiolíticos.
También había subido una foto con otras madres del AMPA en una cena por el fin de curso de año anterior en la que no se había molestado en borrar a las otras madres pero que quería dar la imagen de mujer viva y jovial. Una antigua en la que salía cerca del puente de Rialto y otra en la costa la última vez que fue a Gandía -aún estaba casada-.
Mentiras en la definición. El texto que acompañaba a las fotos decía que era una mujer con ganas de vivir, abierta a nuevas experiencias y a lo que el mundo le trajese. Le encantaba bailar, salir a cenar y tampoco le hacía ascos a unas cervezas bien frías o a una mañana de senderismo.
En resumen. Era un ama de casa a la que le gustaría que la invitasen y se lo diesen todo hecho.
Por tanto, para una primera aproximación a este mundo es necesario saber que no todo lo que veamos tiene que ser necesariamente cierto.