La última muletilla asquerosa de moda entre la Jente Goven es usar la expresión "en plan" en el sesenta por ciento de las frases.
La pronunciación además obliga a alargar infinitamente la "a".
Así un diálogo entre dos compañeras de facul que vuelven juntas en el autobús podría ser este sin exagerar demasiado.
- Pues tía, en esto que lo veo en plaaaaaan y me digo: ¡Vale! ¡Ya!
- Ya, es que a mí me pasó en plaaaaan que lo siento venir y paso a tope
- Pero es que claro, es el típico caso en plaaaaan que no puedes hacer nada en plaaaaan...
- Si es lo que te contaba el otro día, yo he estado en situaciones en plaaaaan que hagas lo que hagas en plaaaan al final es en plaaaaan ¿para qué voy a ir?
- Eso, en plaaaaan
A todas estas frases si le quitamos el en plan dicen exactamente lo mismo (que no es mucho).
En mis tiempo, antes de convertirme en un abuelete roñón, esa expresión -no digo que muy correctamente- se usaba para decir que alguien o algo estaba en cierta disposición. Ejemplos:
- Estoy en un plan vago últimamente...
- Estás en plan tonto
- Ya que estamos en plan sincero te lo digo
- Siempre van en plan de cachondeo
Aparte de los usos de plan como sustantivo puramente:
- Tengo un plan para el fin de semana
- ¡Menudo plan me encuentro!
- Al plan plan y al vlino vlino
(Bueno, este último no)
Ahora se utiliza como simple muletilla para alargar el poco contenido de las frases o cuando no se tiene nada que decir.
Así que los abueletes cuando oímos a algún chaval o chavala decir en plaaaan automáticamente esperamos una especificación de en qué plan. Pero no llega nunca.
Y eso me resulta un poco en plaaaaaan.
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