Jaime era un nacionalista muy enfadado.
Ejercía de radical en la calle y de trolecillo en internet.
Solía meterse en cualquier foro, del tema que fuese, para llamar vagos y horteras a los españoles y decirles que debían avergonzarse de su nacionalidad.
Jaime también odiaba a los que él llamaba inmigrantes españoles y a sus hijos por no haber aprendido el idioma de su nación.
Siempre había notado que sus soflamas no eran muy seguidas entre sus amigos y conocidos del barrio, y eso a pesar de ser todos ellos de sus mismas ideas.
Él suponía que se trataba por su juventud.
Lo que todo el barrio conocía y Jaime nunca llegó a saber es que en el verano de 1984 su madre había estado viviendo con un obrero toledano. Cuando concluyeron las obras del metro él se fue.
A su marido no le importó volver con ella a pesar de todo.
Ejercía de radical en la calle y de trolecillo en internet.
Solía meterse en cualquier foro, del tema que fuese, para llamar vagos y horteras a los españoles y decirles que debían avergonzarse de su nacionalidad.
Jaime también odiaba a los que él llamaba inmigrantes españoles y a sus hijos por no haber aprendido el idioma de su nación.
Siempre había notado que sus soflamas no eran muy seguidas entre sus amigos y conocidos del barrio, y eso a pesar de ser todos ellos de sus mismas ideas.
Él suponía que se trataba por su juventud.
Lo que todo el barrio conocía y Jaime nunca llegó a saber es que en el verano de 1984 su madre había estado viviendo con un obrero toledano. Cuando concluyeron las obras del metro él se fue.
A su marido no le importó volver con ella a pesar de todo.
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